Actitud

LA LEY DEL CAMIÓN DE BASURA

junio 13, 2016

LA LEY DEL CAMIÓN DE BASURA
¿Con qué frecuencia permites que las actos de otras personas cambien tu estado de ánimo?
¿Te das permiso de enojarte cuando otro conductor te agrede por un error de transito
o un mesero grosero te trata irrespetuosamente un jefe exigente te pide más de lo que te corresponde hacer
o cuando un compañero de trabajo arruina tu día?

Lo que realmente distingue a una persona exitosa es el control que tenga sobre el manejo de la ira.
Hace 16 años aprendí esta lección.
Me la enseñaron en el asiento trasero de un taxi en Nueva York.

Me subí a un taxi y partimos rumbo a la dirección que le indiqué al conductor íbamos en el carril derecho
cuando de repente un coche salió de no sé donde el taxista frenó súbitamente se oyó el rechinar de las llantas
y a escasos centímetros evitó chocar con el otro auto.

El conductor del coche que casi causa el accidente empezó a gritarnos con una serie de malas palabras altisonantes.
El taxista solo sonrió y le saludó amable.

Así que yo sorprendido le pregunte“¿Por qué hace eso?”
Ese tipo por muy poco destruye su taxi y nos manda directito al hospital.

Entonces el taxista me dio la lección mas bella de mi vida la que ahora yo llamo “La Ley del Camión de Basura.”
Muchas personas me dijo: son como un camión de basura.

Están llenos de enojo frustración y desaliento. Una vez que han acumulado mucha basura
necesitan un lugar en donde tirarla y si uno se lo permite te la palean a ti.
Esa fue la lección del Camión de Basura.

Empecé a pensar ¿Cada cuanto yo permito que los camiones de basura me contaminen?
y ¿Con que frecuencia tomo mi basura y la tiro sobre las personas que más amo como:mi esposa mis hijos o mis amigos?
Aquel día me propuse“A no ser el basurero de nadie.”

Empecé a ver con más claridad los camiones de basura y decidí a partir de ese día no dejarme arrojar su porquería.
No he vuelto a permitir que los camiones de basura tomen el control de mis sentimientos y mucho menos de mis emociones.

Aprendí que sonreírles a los insatisfechos malhumorados y frustrados es la mejor medicina
que puede ayudarles a cambiar su perspectiva de la vida o por lo menos les puede iluminar su día.
“Sé amable con ellos porque cada persona con la que tropiezas a diario está librando sus propias batallas.”

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