Para ti mamá

TU HIJO

febrero 18, 2024

TU HIJO

Fueron nueve cálidos meses los que estuvo en tu vientre.

Escuchaba tu corazón, lo mecías cada vez que te movías, todo era tan tranquilo.

No tenía hambre jamás, ni frío.
Vivía en un abrazo permanente, rodeado de amor, apretadito, en un líquido tibio.

No había ruidos ni luces molestas, la luz era suave, el sonido un arrullo, escuchaba tu voz, percibía tus emociones.

Se sentía tan protegido, tan amado.

Pero llegó el día de salir al mundo, te imaginas lo impactante que fue para él:

De repente estar en un inmenso espacio, sin algo que lo contenga.

Sentir que se ahoga y tener que luchar por jalar aire.

Apretar los ojitos por la luz intensa y dolorosa a la que no está acostumbrado.

Escuchar de pronto todo tan fuerte, tan extraño.
Comenzar a sentir hambre, sed, frío.

Tener sueño y no poder dormir porque ahora ya nada es tan privado no tan cálido como lo fue tu vientre.

Perder de forma tan abrupta ese lugar seguro, dejar de sentir a su madre por primera vez y sentir miedo.

Sin duda parir es algo muy duro, pero nacer también lo es.

Un bebé recién nacido está en una lucha por sobrevivir, por tratar de sentirse tan pleno como cuando estuvo dentro de ti .

Le va a llevar mucho tiempo adaptarse al mundo exterior, le va a llevar mucho tiempo aprender.

Llorará mucho porque ese es su lenguaje, debe estar seguro que lo escuchan.

Es un ser indefenso, absolutamente dependiente, te exigirá atención y cuidados constantemente, y no por maña o por estar en tu contra, sino porque realmente necesita de ti.

La única manera que tiene de sobrevivir es tenerte cerca, muy cerca.

Su madre es alimento, su madre es calor, su madre es consuelo, su madre es seguridad, su madre es protección.
Eres su medio para conocer el mundo, eres su mundo.

Tú por tu parte estarás también luchando, eres una madre recién nacida y necesitas aprender a adaptarte a tu nueva realidad.

También vas a sentirte perdida muchas veces, porque jamás en toda tu vida te habías sentido tan exigida física y emocionalmente, tan agotada, tan abrumada y vas a necesitar muchísimo apoyo.

Pero no lo olvides, tu bebé no va a pedirte algo que no necesite y lo sabrá pedir con todas sus fuerzas hasta que lo obtenga.

Pónte en el lugar de tu bebé cada vez que te sientas superada, entrégate a tu bebé, contémplalo, conecta con él, conózcance, tejan poco a poco su lazo, su vínculo, comuníquense; no olvides que para él también está siendo difícil y todo lo que tenga que vivir y superar lo hará más rápido y más fácil si cuenta con tu atención, tu paciencia, tu comprensión, tu amor incondicional.
Colectivo prolactancia materna

Si quieres compartir esta reflexión:

You Might Also Like

error: El Tren de la Vida