ORACIÓN DE LA NOCHE
Tú, mi Señor, mi refugio y mi guardián. Tú, que siempre estás conmigo y me sostienes. Te pido que nada ni nadie me robe tu paz, que nada me robe este momento de bendición.
Nada temo, mi Señor, a nadie temo, porque tu vara y tu cayado me conduce hacia fuentes tranquilas mientras atravieso este valle de tinieblas y, en su momento, me harás descansar sobre campos tranquilos.
Que no me desanime ante la dificultad, que no me deje vencer por la tentación, sino que permanezca en Tí.
Te pido que me acompañes y que nunca me faltes, acógeme siempre en tus brazos, muéstrame el camino hacia la salvación, hacia el amor que me hace verdadero hijo tuyo, porque aunque no te pueda ver, ni tocar, pones personas en mi camino que me han ayudado a levantarme y me han secado las lagrimas.
Gracias, Señor, más que pedirte quiero agradecerte, dame paciencia para esperar siempre que se haga tu voluntad y que las cosas lleguen a su tiempo.
Gracias porque siempre me das la confianza para hallar la solución, me das la sabiduría para saber cómo actuar y así encontrar la luz.
En esta noche quiero decirte que te amo con todas las fuerzas de mi corazón, porque no existe nadie en el mundo que me haga tan feliz como Tú.
Tengo sed de tu paz, tengo sed de estar calmado y de aceptar la vida como es, con sus bondades y sus problemas, que nada me robe la tranquilidad, que todo pase, que todo fluya, que sólo Tú te quedes siempre en mi corazón.
Amén
