ORACIÓN AL ARCÁNGEL SAN MIGUEL AL DESPERTAR.
San Miguel Arcángel, te suplico me acompañes en cada amanecer.
Por favor, guía mis pasos en el transitar de la vida,
ayúdame a ser mejor persona, confiéreme la templanza
que necesito cuando las fuerzas me fallan,
Requiero de pujanza para continuar en mi recorrido.
en mi despertar hay desesperanza, desconsuelos y diatribas.
Deseo ser digno de recibir el amor del Padre en mi corazón,
guardándole siempre dentro de mí, especialmente para cumplir su propósito.
Invoco tu presencia en mi vida, que tu luz ilumine mis pasos pese a la adversidad,
que, aunque la prueba toque a mi puerta siempre estés guardándome.
Imploro que no permitas que el mal se adueñe de mi existencia,
de mis pasos, auxíliame a combatirle a no decaer en esa lucha,
porque es transcendental que me mantenga en pie.
No permitas que mi espíritu decaiga o que la tentación se apodere de mí,
mantén mi corazón integro digno de la presencia del Padre.
Pido perdón por las veces que he fracasado.
Gracias por cada día Jesús, por cada oportunidad que tengo para seguir
respirando, para reescribir mis días en función a las Bendiciones
que me dispensas.
Te insto que se me agracie entender el propósito de cada prueba.
Amado Arcángel, dame poderío porque en estos últimos tiempo
Socórreme, ayúdame a verlas, aunque no pueda más.
Porque si en esos días me sometes a prueba yo las superare.
Que el Espíritu Santo también me escolte,
dándome la templanza que necesito.
Suplico que alejes de mi lado toda oscuridad, a los espíritus malignos que reclutan
a personas para servirles al mal, proporcióname sensatez, cordura para enfrentarles, para no dejarme dominar.
Ocurro ante ti de rodillas para reconocerte como el líder de los ejercidos del Padre, para reconocer que eres su máximo representante,
prometiendo servirte en la tierra, dando testimonio de tu grandeza.
Requiero de tu presencia en cada despertar,
así como hasta cuando anochece.
Porque eres tu quien me hará salvo a Dios,
levantando tu espada frente a quien quiera dañarme,
librándome de todo mal, cuidando mi alma
para servir a Dios con mis actos.
Amén.