Arcángel San Miguel, Yo te elijo mi Príncipe, Soberano y Guía en la lucha contra Satanás y contra el mal,
contra el pecado, el odio y las tinieblas.
A ti te consagro mi persona, mi cuerpo con todos sus sentidos, mi alma con sus potencias, mi familia.
Mis bienes, externos, presentes y futuros, en una palabra todo lo que me pertenece y me es querido.
Tú eres el que aquilatas y presentas a las almas a Dios.
Tú eres el primer Príncipe del Paraíso, ruega por mí.
Glorioso Príncipe de las milicias celestiales, Arcángel San Miguel,
defiéndenos en la batalla contra todas las potencias de las tinieblas y su milicia espiritual.
San Miguel, ven en nuestra ayuda que fuimos creados por Dios y rescátanos de la tiranía del demonio.
(Hacer aquí la petición que usted necesita).
Tú eres venerado por la Iglesia como su custodio y patrón y a ti el Señor te ha confiado
las almas que un día ocuparán las sillas celestiales.
Ora, pues al Dios de la paz para que tenga aplastado a Satanás bajo nuestros pies,
para que no pueda hacernos esclavos ni causar daños a la Iglesia.
Presenta al Altísimo con las oraciones tuyas y nuestras, para que desciendan
sobre nosotros sus divinas Misericordias y tú puedas encadenar al dragón,
a la serpiente antigua, Satanás, y una vez encadenado arrojarlo en los abismos
desde donde ya no pueda seducir a las almas.
Amén.
Se debe rezar especialmente cuando se crea que hay influencia del mal en sus hogares,
en general en todo caso de dificultad o calamidad.