Reflexiones

NO BUSCO

marzo 31, 2017

NO BUSCO
No quiero un matrimonio, quiero una familia. No busco un esposo, se busca a un compañero de vida.»Si me preguntaras si me quita el sueño pensar en el matrimonio… te diré honestamente: no me lo quita.

Pero sí me quita el sueño un hombre inteligente, un hombre valiente que aunque tenga temor se arriesga, alguien que sabe lo que quiere y no duda en luchar, un amigo, confidente, buen amante, romántico y sensible, pero fuerte como un roble.

Si hablamos de amores, no he sido la más afortunada, pero si he aprendido de cada relación y también he sabido decir “adiós”. No hay relación mala, más bien es cuestión de elección.

Aunque me han roto el corazón un par de veces, no he dejado de creer en el amor, ese amor que te hace suspirar y reír sin motivo. Ese amor palpable, el que se vive, no el que supones… el que haces una verdad en tu vida.

Sé que algún día encontraré a un buen hombre, con el cual al fin pueda formar una familia o por lo menos que sea compañero en mis locuras y sueños. Que pase los últimos años de mi vida a mi lado y que aunque tal vez no esté de acuerdo conmigo en muchas cosas, ni piense como yo, siempre esté junto a mi y me ofrezca su hombro para llorar.

Aquél que años después, me dará un vaso de agua y mi pastilla para el alzheimer, y me hará reír con la más mínima ocurrencia.

Dicen que siempre hay un roto, para un descocido; y yo diré: siempre hay un cuerdo para una loca, un paciente para una desesperada, y un corazón valiente dispuesto a amar.

Que maravilloso debe ser encontrar a esa persona… pero debe ser una bendición conservar esa chispa, mantener viva la llama del amor, durar largos años y que aun de viejos con el solo verse a los ojos sepan lo que quieren, que con un beso se derritan y al escuchar sus voces se ericen la piel.

No busco hacerte firmar un acta donde ante la sociedad te comprometas. No deseo un papel que se rompa. Deseo que el compromiso lo hagas conmigo y que a ambos nos corresponda cumplirlo. Hacernos la promesa de cuidar ese amor, de alimentarlo y no dejarlo morir. Conquistarnos a diario, y ser novios eternamente.» Mely Rojo.

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