Adultos Mayores

LA ANCIANITA DE LA CASA

octubre 7, 2014
La ancianita de la casa

No se les olvide que todos pasaremos por esa edad, tratemos a estos seres responsables de nuestra existencia con cariño y respeto. Dediquemosle un tiempo a estos viejitos y viejitas, compartamos una tazita de café o de té, ellos tienen mucho de que hablarnos, tenemos mucho que aprender de sus conversaciones.

La siguiente carta fue escrita por una ancianita:

No sé a que día estamos. En esta casa no hay calendarios y en mi memoria los hechos están hechos una maraña. Me acuerdo de aquellos calendarios grandes, unos primores, ilustrados con imágenes de los santos, que colgábamos al lado del tocador… pero ya no hay nada de eso, todas las cosas antiguas han ido desapareciendo. Y yo, yo también me fui borrando sin que nadie se diera cuenta… Primero me cambiaron de alcoba, pues la familia creció. Después me pasaron a otra más pequeña aún, acompañada de mis biznietas. Ahora ocupo el desván, el que está en el patio de atrás. Prometieron cambiarle el cristal roto de la ventana, pero se les olvidó, y todas las noches por allí se cuela un airecito helado que aumenta mis dolores reumáticos… Desde hace mucho tiempo tenía intenciones de escribir, pero me pasaba semanas buscando un lápiz y, cuando al fin lo encontraba, yo misma volvía a olvidar dónde lo había puesto. A mis años, las cosas se pierden fácilmente; claro que es una enfermedad de ellas, de las cosas, porque estoy segura de tenerlas, pero siempre se desaparecen…

La otra tarde caí en cuenta de que mi voz también ha desaparecido. Cuando les hablo a mis nietos o a mis hijos, no me contestan. Todos hablan sin mirarme, como si yo no estuviera con ellos escuchando atenta lo que dicen. A veces intervengo en la conversación, segura de que lo que voy a decirles no se le ha ocurrido a ninguno y les van a servir de mucho mis consejos. Pero no me oyen, no me miran, no me responden. Entonces llena de tristeza, me retiro a mi cuarto antes de terminar de tomar la taza de café. Lo hago así, de pronto, para que comprendan que estoy enfadada, para que se den cuenta que me han ofendido y vengan a buscarme y me pidan perdón. Pero nadie viene…

El otro día les dije que cuando me muriera entonces sí me iban a extrañar. El nieto más pequeño dijo: «¿Y es que estás viva, abuela?…» Les cayó tan en gracia, que no paraban de reír. Tres días estuve llorando en mi cuarto, hasta que una mañana entró uno de los muchachos a sacar unas ruedas viejas y ni los buenos días me dio…

Fue entonces cuando me convencí de que soy invisible, me pongo de pie en medio del salón para ver si aunque sea estorbo, me miran, pero mi hija sigue barriendo sin tocarme, los niños corren a mi alrededor, de uno a otro lado, sin tropezar conmigo…

Cuando mi yerno se enfermó, tuve la oportunidad de serle útil; le llevé un té especial que yo misma preparé. Se lo puse en la mesita y me senté a esperar que se lo tomará. Sólo que estaba viendo televisión y ni un parpadeo me indicó que se daba cuenta de mi presencia. El té poco a poco se fue enfriando. Mi corazón también…

Un viernes se alborotaron los niños y me vinieron a decir que al día siguiente nos iríamos todos el día de campo. Me puse muy contenta.¡Hacía tanto tiempo que no salía y menos al campo! El sábado fui la primera en levantarme. Quise arreglar las cosas con calma. Los viejos tardamos mucho en hacer cualquier cosa, así que me tomé mi tiempo para no retrasarlos. Al rato entraban y salían de la casa corriendo y echaban las bolsas y juguetes al coche. Yo ya estaba lista y muy alegre me paré en la entrada a esperarlos…

Cuando arrancaron y el coche desapareció envuelto en bullicio, comprendí que yo no estaba invitada, tal vez porque no cabía en el auto o porque mis pasos tan lentos impedirían que todos los demás corretearan a su gusto por el bosque. Sentí cómo mi corazón se encogió, la barbilla me temblaba como cuando uno no aguanta las ganas de llorar…

Vivo con mi familia y cada día me hago más vieja, pero cosa curiosa, ya no cumplo años. Nadie lo recuerda. Todos están tan ocupados…Yo los entiendo, ellos sí hacen cosas importantes. Ríen, gritan, sueñan, lloran, se abrazan, se besan. Y yo no sé a que saben los besos. Antes besuqueaba a los chiquitos; era un gusto enrome el que me daba tenerlos en mis brazos, como si fueran míos. Sentía su piel tierna y su respiración dulzona muy cerca de mí. La vida nueva se me metía como un soplo y hasta me daba por cantar canciones de cuna que nunca creí recordar. Pero un día mi nieta Laura, que acababa de tener un bebé, dijo que no era bueno que los ancianos besaran a los niños, por cuestiones de salud. Ya no me acerqué más, no fuera a ser que les pasara algo malo por mis imprudencias. ¡Tengo tanto miedo de contagiarlos! Yo los quiero a todos y les perdono, porque: ¿Qué culpa tienen los pobres de que yo me haya vuelto invisible?

Triste pero…real…

(Autor desconocido)

 

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  • Anónimo noviembre 17, 2014 at 8:15 pm

    espectacular!

  • Anónimo diciembre 6, 2014 at 11:31 pm

    Es muy triste , la cruel realidad.!

    • Anyi julio 13, 2019 at 11:27 am

      ????????????????????????????????Es lamentable que una persona pase desapercibida, invisible, siendo que cuando tuvo la fuerza, energía crio, educo, mimo, cocino, di amor , fortaleza, siempre estuvo al 100% . ??Debemos educarnos y educar a nuestros hijos pues ahorita eres joven, con el paso del tiempo seras un adulto mayor y eh ahi el asunto pasa esto de no ver a nuestros adultos mayores.??????????????????????????????????????????

  • aurora perez llames diciembre 25, 2014 at 4:59 pm

    Para hacernos pensar.

  • ana diciembre 26, 2014 at 10:28 pm

    Lo siento, perdóname, gracias, te amo….

  • Anónimo febrero 2, 2015 at 8:36 pm

    que triste realidad los que nos toca a todos tambien seremos invisibles

  • Dora Liliana de Canon febrero 4, 2015 at 11:30 am

    Mi Dios..!! para reflexionar!!

  • jetix_24 marzo 19, 2015 at 6:31 pm

    tiene mucha verdad.cuando llegamos a viejos ya no servimos.

  • Anónimo mayo 10, 2015 at 10:43 am

    a mis 58 me volvi invicible, mi sueldo era ridiculizado porque "no alcansaba para mucho" llegaba cansada del trabajo y estorbaba en cualquier lugar que estubiera….. opte por comprar un sandwich y encerrarme en mi cuarto todo el tiempo para no molestar…….hasta que cobre dignidad y rente un apartamentito y volvi a ser vicible……. jamas quiero vivir con mis hijos
    no quiero jamas volver a ser un estorbo 🙁

    • Anónimo noviembre 24, 2015 at 8:31 pm

      Q bueno q recobro su dignidad, y no tiene xq sentirse asi yo no la conosco pero m da trizteza saber q se sentía asi en hora buena suerte y pa delante

    • Anónimo julio 13, 2019 at 11:29 am

      ????????????????Mucho animo , bendiciones …???????????????????

  • ISA QUIROZ junio 28, 2015 at 12:06 am

    <3

  • Anónimo junio 28, 2015 at 10:44 am

    Yo también no quiero vivir con ellos cuando yo sea viejita ��

  • salvador gonzalez agosto 16, 2015 at 4:37 pm

    Que triste realidad seamos mas humanos y agradecidos todos vamos a envejecer

  • nonnoNoSocorro Genoveva. febrero 21, 2016 at 7:25 pm

    Que triste ? historia, esta gente que rodea a esta ancianita, se van arrepentir cuando sea demasiado tarde, o en su caso No muchas personas no tienen en su corazón a Dios, como me gustaría ser su nieta y darle el cariño que necesita en estos momentos. Virgencita dale un remanso de paz, bendice Dios ? Mío.AMEN.?

  • Anonimo junio 23, 2016 at 2:29 am

    Es verdad los hijos ya nada mas ven en sus hijos y ese es su mundo no saben si su mama cone o no come…siendo que cuando fueton chiquitos uno se quitaba el pan de la boca para darles…o decia coman ustedes yo no tengo hambre…pero bueno asi es la vida yo le pido a Dios vida y salud en abundancia paea seguir trabajando y no tener que depender de los hijos tristemente pero asi es…

  • carolina Mena enero 3, 2017 at 6:32 am

    Triste realidad. Ruego a Dios la Fortalezca y la abrace con su Favor y su Gracia. xq Dios es bueno y para siempre es su misericordia. Dios perdone a los hij@s que no aman y cuidan a sus Padres ancianos.

  • Anónimo enero 3, 2017 at 6:29 pm

    Doy gracias a Dios xq mi madre de 98 años tiene x hija un ángel q la cuida y la llena de mimos y ternura. Además los nietos y los biznietos la adoran, todos estamos pendientes de ella, pero el premio de Exelencia es para mi hermana.

  • Selana febrero 20, 2017 at 10:18 pm

    Qué triste, pero real hoy en dia la sociedad es así, solo vemos lo material, me gustaria ayudar pero no tengo ni casa, fuera padre tener un albergue donde pudieramos ayudar a todos los ancianitos con puros donativos ya que hay muchos que no tienen nada, confió en Dios que nos ayude cuando lleguemos a esa edad.

  • virginia murillo julio 6, 2017 at 6:41 pm

    que triste es una cruel realidad c omo si nosotros fueramos a ser jovenes por siempre que triste

  • María jose agosto 11, 2017 at 11:49 am

    Que tristeza tratar asi a lis padres. Yo no voi a decir q haya sido perfecta con ello pero e intentado tenerles como Reyes.aveces perdía la paciencia pero mis padres no eran invisibles. Ahora q no están ninguno de los dos, si que son invisibles, que los busco y no los encuentro. Pero siempre estarán en.mi corazón y en mis pensamientos.
    Reflexionar bien esas personas q aún los tienen y mostrarles todo vuestro cariño, pues el día menos pensado se van y te quedará en tu corazón ese gran pesar.

  • Rosa Maria mayo 3, 2018 at 10:02 am

    Mi suegro fue un anciano q murio a los 90 rodeado de amor y siempre le festejaban su cumpleaños y dia del Padre …no todos son ignorados a tal punto. Es muy triste que haya hijos tan ingratos.

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