Papá

ES MI PAPÁ

julio 19, 2024

ES MI PAPÁ.
-¿Quién es él?

– Me preguntó con curiosidad.

– Es mi papá.

-Pero… ¿Por qué no tienes el mismo apellido que él?

– Porque no tenemos la misma sangre, respondí tranquilamente.

– Entonces no es tu padre.
Dijo inmediatamente.

– Él llegó después de mi nacimiento, se enamoró de mi madre cuando yo había nacido.

Mi presencia nunca fué problema al contrario, le gustaba jugar conmigo, le alegraba pasar tiempo juntos.

Dice mi madre que tiene una mirada especial para mí, que siempre me vió con buenos ojos.

Él demostró que quería a mi mamá de verdad, que la quería con todo su pasado, que la quería conmigo.

Con el paso del tiempo, siguió mostrando cada vez más amor por mi mamá y por mí, si me veía todos los días entonces todos los días jugaba conmigo, si no me veía le preguntaba a mi madre por mí, cuando hablaban por teléfono, no era sólo apariencia, pues demostró preocupación en cada ocasión en la que llegué a enfermarme, era el primero en llegar tras enterarse.

Nunca nos abandonó, siempre fué constante con mi mamá y conmigo, nos convertimos en su prioridad, prefería pasar el día con nosotros aunque fuera para ver un aburrido programa de televisión, a estar en cualquier otro lado del mundo, él podía decidir estar en cualquier lado y siempre nos escogió ante todos, él siempre se preocupó por nosotros, cuando mi madre decidió estar con él por el resto de su vida, no cambió, mantuvo sus promesas de velar por nosotros.

Me demostró que de verdad me quería, nunca trató de comprar mi cariño, al contrario, me enseñó el valor de las cosas y lo invaluable del amor, siempre me cuidó y respetó como si fuese su hijo, e incluso me ama como se ama a un hijo propio.

Siempre me llamó como su ”campeón”, me dió el amor de un padre aunque no era su obligación, me dió sus consejos cuando más los necesité, cuando más triste estaba, me abrazaba. Él ha estado ahí cuando nadie más estuvo.

Si, tienes razón, no es mi padre, al menos no de sangre, pero si por decisión, y eso es lo más importante.

No tenemos la misma sangre, pero nos une un vínculo mayor, un vínculo llamado amor, no tengo su sangre, pero es el padre más maravilloso que hay,
no pude haber pedido uno mejor.

Por eso, es mi padre, siempre supe que no teníamos la misma sangre, pero eso nunca impidió que me amara como lo hace, él demostró haberse ganado ese título que a muchos hombres les queda grande, por eso no es el hombre de mi madre, no es mi padrastro tampoco…

Él es mi padre.

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