QUERIDO DIOS PADRE
En este día especial, quiero tomarme un momento para agradecerte por ser el mejor Padre que alguien pueda tener.
Tu amor incondicional, tu sabiduría infinita y tu guía constante son un regalo invaluable en mi vida.
Gracias por estar siempre presente, por escucharme en silencio y por sostenerme en tus brazos cuando más lo necesito.
En cada amanecer y cada anochecer, en cada alegría y cada desafío, sé que puedo contar contigo, porque tu amor es eterno y tu misericordia infinita.
Que tu luz divina siga iluminando mi camino y que tu paz celestial llene mi corazón en todo momento.
En este Día del Padre, te honro y te bendigo, Dios Padre, por ser mi refugio seguro, mi fortaleza inquebrantable y mi amor eterno.
¡Gracias por ser mi Padre celestial!
Amén