FIESTA DE TODOS LOS SANTOS
El primer día de noviembre, celebramos el Día de todos los Santos: honramos a los Santos como seguidores de Cristo, que vivieron vidas de santidad en la tierra y ahora comparten la vida eterna con Dios en el cielo.
En esta Fiesta de Todos los Santos, estamos especialmente atentos a nuestros santos patronos: los santos cuyos nombres compartimos, aquellos que nuestras familias honran o aquellos en cuyo honor nombramos a nuestras escuelas o parroquias.
¡¡Gracias a nuestros queridos Santos que nos acompañan y nos ayudan!!
Celebremos este día con un corazón agradecido.
Querido Dios, hoy venimos a ti en oración, recordando a todos aquellos que aun habiendo amado y querido,
también hemos llegado a ver morir.
Confiamos que estén allí contigo, en tu paz y en la vida eterna que algún día nosotros también alcanzaremos.
¡Acógelos entre tus brazos, y hazles sentirse cómodos y queridos!
Gracias Señor por los recuerdos que tenemos de ellos, y gracias también por todo aquello que compartimos y vivimos a su lado.
Padre Nuestro, pedimos que a través de la oración podamos acercarnos más a ti, creciendo en fe, amor y bondad;
para que así, llegado el día, podamos presentarnos ante ti, preparados para entrar en el Reino de los Cielos.
Oh Dios, te proclamamos
el único admirable y el solo
Santo entre Todos los Santos.
Nos alegramos de celebrar
en este día la solemnidad
de Todos los Santos.
Ellos te ven cara a cara,
gozan de tu belleza y gloria,
y oran por nosotros,
peregrinos hacia el Cielo.
Concédenos por esa multitud
de intercesores caminar
alegres y guíados por la fe,
hacia la Jerusalén del Cielo,
donde ellos con su ejemplo
alimentan nuestra esperanza
e interceden por nosotros.