Cuando alguien se va

Testamento de Amor

noviembre 29, 2015

Testamento de Amor
En algún momento un médico determinará que mi corazón ha dejado de funcionar
 y que en verdad mi vida se ha terminado.
Cuando esto suceda, no traten de revivirme artificialmente por medio de 
aparatos, y dondequiera que me encuentre no lo llamen «mi lecho de muerte». 
Llámenlo «mi lecho de vida » y dejen que mi cuerpo vaya de allí a ayudar a 
que otros gocen de una vida plena.


Den mi vista a alguien que nunca haya visto un amanecer, la cara de un recién
 nacido o el amor en los ojos de una mujer.
Den mi corazón a alguien a quien el suyo no le haya causado más que 
interminables días de dolor.
Den mi sangre a algún adolescente rescatado de entre las ruinas de un 
automóvil accidentado, para que pueda vivir y llegar a gozar del juego de sus 
nietos.

Den mis riñones a quien dependa de una máquina para seguir existiendo semana
tras semana.
Tomen mis huesos, todos mis músculos y todas y cada una de las fibras y 
nervios de mi cuerpo y encuentren la manera de hacer caminar a un niño lisiado.

Exploren cada rincón de mi cerebro. Si fuera necesario tomen todas las células
para que algún día un niño pueda gritar con la emoción del deporte y una niña
sorda pueda oír el sonido de la lluvia contra los cristales de la ventana.

Cremen lo que quede de mí y echen mis cenizas a los cuatro vientos, para 
ayudar a que crezcan las flores.
 Y si tienen la necesidad de enterrar algo, les dejo mis defectos, mis 
debilidades y todos mis perjuicios contra mis semejantes.
Mi alma dénsela a Dios.

Y si por casualidad alguien quiere recordarme, hágalo con una buena 
palabra o acción hacia quien lo necesite. Si hacen lo que les 
pido, viviré eternamente. (DESCONOZCO SU AUTOR)
 
Que Dios les bendiga, guarde con bien y llene nuestras almas de tanta 
generosidad y amor  como la de este desconocido autor.

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