REGRESAR CON TU EX
Cuando alguien dice que volvió con su ex porque “le rogó mucho”, no está hablando de un reencuentro basado en el amor mutuo, sino en la insistencia.
Como si el afecto fuera una recompensa por haber insistido lo suficiente.
Eso deja a uno en el papel de quien suplica, mientras el otro se coloca como juez que decide si eres digno o no de estar a su lado.
“Me rogaste mucho… que terminé volviendo contigo.”
Aunque se diga en tono de broma, la frase dice más de lo que parece.
No es solo una anécdota romántica o un comentario sin importancia.
Lo que puede haber detrás de esas palabras es una historia de desequilibrio emocional, – un amor que no nació al mismo tiempo ni desde el mismo lugar -.
También hay una <carga de poder>.
Es como decir: “Yo tenía el control, tú tuviste que ganarte mi atención”.
Y aunque no siempre se dice con mala intención, puede marcar la relación con una sensación de deuda emocional, donde uno siente que siempre tiene que esforzarse más por ser querido.
En una relación sana, nadie debería tener que rogar para ser amado.
El amor no se mendiga, se comparte.
Volver con alguien debería ser una decisión libre, desde el deseo y no desde el desgaste.
Porque cuando uno acepta al otro solo porque insistió lo suficiente, quizá no estamos hablando de amor, sino de concesiones.