REFLEXIÓN DE FIN DE AÑO
Años duros si los hay.
Pero qué maravilla de año.
Dicen que todo es una enseñanza para crecer dicen que lo “malo”, o lo que así catalogamos, es un aprendizaje disfrazado.
Porque Dios no te va a dar lo que tu “quieres”, sino lo que “necesitás” para aprender y evolucionar.
Y así debe ser, no mas.
Este año fue movilizante, duro, durísimo pero tan, tan enriquecedor y tan MAESTRO como pocos.
Y está en uno el aprender y aceptar, o quejarse y llorar y quedarse ahí, en la victimización.
Ese “por qué a mí” se transforma en un “por qué NO a mi” y tomar la piedra como una posibilidad
de mirar desde más arriba, y no como algo que te aplasta.
Mientras escribo esto me pregunto a quién va dirigido y creo que a mí mismo y por qué no, a quienes me acompañaron en estos 365 días, aunque en realidad, en toda mi vida,
pero estos 365 días son donde me estoy enfocando.
No puedo dejar de mirar a mi familia como motores principales, y grandes maestros que la vida me ofreció.
Esa garra y ese amor que los caracteriza, tan profundo que no se puede explicar.
A mi madre, con su enseñanza de vida (y esto no vino como el oro pulido y deseoso de ser comprado, sino como un diamante no pulido)
Esta fue una de las enseñanzas mas importantes de mi vida tuve que remarla y remarla y aprender y volver a aprender a dejar que el universo se explique y me enseñe,
que por mas que yo haga e intente controlar las situaciones, la gente, a mi misma todo es como tiene que ser, todo es como ES.
Y así, como dicen los chinos Wu Wei, el famoso y malinterpretado “no hacer”,
no se refiere a quedarse de brazos cruzados…. sino a hacer desde otro lugar,
desde ese lugar de la entrega, de la confianza, de la Fe, de la Certeza.
Y eso, mi madre me lo enseñó.
A mi padre, otro maestro, que me enseño la fuerza que tengo, la garra que puedo sacar
y no perderme nunca en el intento, sin dejar de ser yo, sin caer, porque estoy entera.
A mis compañeros de trabajo, maravilla de gente.
Aprendo de ustedes todos los días.
Me reconozco en cada uno de ustedes, siempre despiertan partes mías que no conocía…. o que había olvidado.
Qué sería de nuestro trabajo sin ese lazo que nos une!
A mis amigos, SIN PALABRAS.
A mis amigos virtuales, los que me leen día tras día y quienes me muestran constantemente el camino con sus comentarios y enseñanzas.
A la vida, tan maravillosa, que me pone en el camino tantos maestros y que me susurra al oído.
Ey
Mira.
Abre los ojos.
No te duermas.
Mira todo esto, todo lo que te pasa, todo lo que tienes.
Y no me queda otra que decir, lo que en ningún momento aun dije en este escrito:
GRACIAS.
Infinitas gracias por acompañarme un año más, Dios derrame infinitas bendiciones
sobre todos y cada uno de ustedes y nuestros mejores deseos en este Nuevo Año.
Que todos sus sueños,metas, ilusiones, propósitos, sueños se cumplan y sean inmensamente felices.
Gracias…
Me puso a pensar lo que escribiste.
Estoy pasando por algunos cambios en mi vida y me está costando adaptarme pero estoy tratando de ver lo bueno de esta situación.