PEDIR PERDÓN
Pedir perdón y perdonar a los demás es un complicado proceso que involucra nuestra empatía, humanidad y sabiduría más profundas.
El perdón es un acto de voluntad; y no de fuerza de voluntad sino de buena voluntad; es una elección que determina en gran medida nuestro estado de ánimo y disposición a la vida.
Ser feliz es tratar de tener nuestras relaciones limpias y sanás. Podemos elegir no hacerlo pero debemos recordar que perdonar y ser perdonado implica la misma dinámica.
Si esperamos que nos perdonen por nuestras maldades nos vemos obligado a hacer lo mismo, si no somos capaces de perdonar a los demás no podemos esperar que los demás nos perdonen. Pero lo que es peor, si no logró perdonarme a mi mismo tampoco tendré la capacidad para perdonar al que me ofende o lástima.
El hecho es: que con la piedad que me trato a mi, es la piedad que tengo para dar a los demás.
Perdonar no es algo que beneficie tanto al perdonado como puede beneficiar mi propia persona.
Quién perdona es perdonado, quién no perdona en su misma cárcel ha de morir.
Una cárcel simbólica de amargura y dolor.
Perdonar es liberarse a si mismo.