LAS MODAS
Jacinto tenía un viejo teléfono móvil.
Como el celular le daba el servicio necesario, no le preocupaba que estuviera pasado de moda.
Sin embargo, sus colegas lo molestaban y se burlaban cuando extraía su «pisapapeles» del maletín.
Llegó a sentirse tan avergonzado que hace poco lo cambió por un Iphone4.
La crisis en el mundo se debe, entre otras cosas, a la inseguridad que las personas tienen sobre ellas mismas;
su continua necesidad de comprar jamás será satisfecha porque esperan que la satisfacción personal
venga de lo comprado, de lo material y jamás será así.
A nivel social, no nos hemos dado cuenta de que ese impulso descontrolado por comprar es,
en el fondo, la causa profunda de la crisis económica que ha cundido ya por todo el mundo,
alimentada por un sistema financiero insaciable que facilitó recursos para que compraran quienes no tenían con qué».
Pocas cosas hay más estresantes que tratar de mantenerse a la moda en ropa, calzado,
accesorios, tecnología, viajes, comidas, restaurantes, casas, muebles, autos y todo lo añadible.
Quien tiene dinero en exceso puede comprar, usar y desechar, pero quienes vivimos sujetos
a un presupuesto debemos cuidar qué compramos y entender por qué y para qué lo compramos.
En efecto, la presión social existe, pero debemos preguntarnos cuánto nos presiona y cuánto nos dejamos presionar.
¿Cuál es el problema de que se rían de nuestro viejo teléfono móvil? La risa es buena y si no les gusta el móvil,
pueden bromear a costa de él y criticar el aparato, a su dueño o a ambos. El problema es de ellos, no del dueño del teléfono móvil, a menos que éste lo acepte.
Desafortunadamente, hoy día uno se refiere a las personas por sus posesiones:
«Es el chico del descapotable rojo» o «La señora que usa ropa de marca y tiene una casa enorme» o
«Es el director que siempre va a la moda». Es decir, su personalidad no emana de lo imprescindible,
sino de lo prescindible.
Lo primero no se compra en ningún lado; lo segundo en cualquiera, si se tiene los medios para hacerlo.
Uno puede ser multimillonario, sin dejar de ser sencillo, generoso, adaptable a todo y disfrutar lo disfrutable.
Jamás presumir y nunca hace alarde de nada .
Teniendo muy en claro qué cosas son importantes en la vida.
Las trampas de la presión social siempre están.
Caen en ellas quienes no se conocen a sí mismos y tienen una escala de valores centrada en lo social o por carencias afectivas.
El vacío personal no lo llena ni los armarios repletos, ni los automóviles lujosos, ni las joyas exclusivas, ni los accesorios de lujo.
La satisfacción de los consumidores insaciables consiste principalmente en presumir sus posesiones ante los demás.
¿Tiene usted un teléfono móvil del que sus «amigos» se ríen cuando lo usa? Ríase con ellos y úselo hasta que guste.
¿Le duelen las burlas? Entonces cambie de amigos, no de teléfono …
Y recuerde que lo único imprescindible en la vida
es Dios… si lo tenemos a él tenemos todo… y como
dice Santa Teresa de Jesús… :
Nada te turbe, nada te espante,
todo se pasa, Dios no se muda,
La paciencia …todo lo alcanza;
Quien a Dios tiene…nada le falta:
sólo Dios basta.
Eleva el pensamiento, al cielo sube,
por nada te acongojes, nada te turbe.
A Jesucristo sigue con pecho grande,
y, venga lo que venga, nada te espante.
¿Ves la gloria del mundo?
Es gloria vana; nada tiene de estable,
todo se pasa.
Aspira a lo celeste, que siempre dura;
fiel y rico en promesas, Dios no se muda.
…No hay amor fino ..Sin la paciencia.
Confianza y fe viva mantenga el alma,
que quien cree y espera…Todo lo alcanza.
Que tengas un día Bendito ….