La sobreprotección de los hijos
es considerada como violencia.
El mensaje que nuestros
hijos reciben es:
eres débil, incapaz,
frágil y me necesitas para vivir.
Permite que tus hijos se enfermen,
se caigan, se equivoquen,
fracasen.
Lloren, vuelvan a empezar, 
tomen sus propios decisiones
Permite que tus hijos
hagan la parte que les corresponde
del trabajo, de la responsabilidad,
de las tareas diarias y de la vida
Permite que tus hijos
se aburran, toquen la frustración
y el no tener.
Que aprendan a recibir
un No por respuesta.
Padres débiles y llenos de miedos
forman hijos inseguros,
tiranos e incapaces para la vida
Todo lo que no recibimos
como hijos no sana
o se resuelve en nuestros hijos.
Se sana o se resuelve cuando
tú ves a tus padres y tus carencias
y lo sanas
en lo profundo de tu corazón
con otros adultos y encontrando
padres o lugares nutricios
Suzy Landa
Sanando Generaciones