Reflexiones

Nunca lo olvides

abril 4, 2014

 Nunca lo olvides 

En un lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, había un hermoso jardín con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos.

Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste. 

El pobre tenía un problema: ¡No sabía quién era! 

Lo que le faltaba era concentración, le decía el manzano: «Si realmente lo intentas, podrás tener sabrosísimas manzanas, ¡ve que fácil es!»

«No lo escuches», exigía el rosal. 

Es más sencillo tener rosas y «¡ve que bellas son!» 

Y el árbol desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado.

Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, exclamó: «No te preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo de muchísimos seres sobre la Tierra. 

Yo te daré la solución… 

No dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas.

Sé tú mismo, conócete… y para lograrlo, escucha tu voz interior.»

Y dicho esto, el búho desapareció. 

«¿Mi voz interior?…

 ¿Ser yo mismo?… 

¿Conocerme?…» 

Se preguntaba el árbol desesperado, cuando de pronto, comprendió. 

Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole: «Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, no florecerás cada primavera porque no eres un rosal. 

Eres un roble, y tu destino es crecer grande y majestuoso. Dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje… 

Tienes una misión: ¡Cúmplela!»

Y el árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado. 

Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos. Y sólo entonces el jardín fue completamente feliz.

Yo me pregunto al ver a mí alrededor, ¿Cuántos serán robles que no se permiten a sí mismos crecer?… 

¿Cuántos serán rosales que por miedo al reto, sólo dan espinas?…

 ¿Cuántos naranjos que no saben florecer? 

En la vida, todos tenemos un destino que cumplir y un espacio que llenar.

No permitamos que nada ni nadie nos impida conocer y compartir la maravillosa esencia de nuestro ser.

 ¡Nunca lo olvides!

Autor Desconcido

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  • Anónimo abril 5, 2014 at 1:02 am

    Que bonita historia, muy parecida con nuestra realidad, a veces nos dejamos guiar por lo que nos dicen y no por lo que sentimos.

  • El Tren de la Vida abril 11, 2014 at 11:24 pm

    Gracias por tu comentario siempre se aprende algo nuevo que nos ayuda a ser mejores personas,te agradezco nos acompañes y nos alegra que les guste

  • error: El Tren de la Vida