EL PODER DE DIOS ME RODEA Y ME ENVUELVE AHORA.
Si alguna vez me siento inseguro o inc贸modo con lo que sucede en m铆 y a mi alrededor, afirmo la verdad: El poder de Dios me rodea y me envuelve.
Soy el poder de Dios.
Luego puedo pensar claramente y actuar con confianza y aplomo.
En mis ratos de oraci贸n, edifico el poder y la presencia de Dios en mi conciencia, de manera muy parecida a c贸mo un alba帽il construye una pared fuerte.
Afirmo el poder de Dios en cualquier momento de estr茅s y s茅 que todo est谩 bien.
El Esp铆ritu morador me permite ser fuerte en toda circunstancia.
El temor no tiene lugar en m铆 porque mantengo un contacto constante con Dios. Soy valiente cuando otros necesitan confianza. Estoy protegido en toda situaci贸n.
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