El “Padre nuestro” que rezo y me devuelve a mi paz:
Padre nuestro, afianza nuestros pasos.
Aplaca nuestras dudas, aquieta nuestras santas mentes y háblanos.
No tenemos nada que decirte, pues sólo deseamos escuchar Tu Palabra y hacerla nuestra.
Guía nuestras prácticas tal como un padre guía a su hijo pequeño por un camino que éste desconoce, pero que aún así él sigue, seguro de que está a salvo porque su padre le muestra el camino.
De este modo es como llevamos nuestras prácticas hasta Ti.
Si tropezamos, Tú nos levantarás.
Si se nos olvida el camino, sabemos que siempre nos lo recordarás.
Y si nos extraviamos, no te olvidarás de llamarnos de vuelta.
Aligera nuestros pasos ahora de modo que podamos caminar con mayor certeza y mayor rapidez hasta llegar a Ti. Amén
Kina