El CUERPO HABLA
EL CUELLO Y LA ESPALDA ME DOLÍAN MUCHO
Entonces , dejé de usar ropa apretada, cambié de silla, compré fajas ortopédicas, hice yoga, pilates, fui con quiroprácticos
y médicos de todo tipo, pero el dolor seguía, un peso, una carga, una molestia que no me dejaba ni dormir y a veces, hasta me costaba respirar …
Una sabia mujer… me dijo que era porque cargaba demasiado desde hace mucho.
Dijo…Tantas presiones haz cargado
con los años, tanto dolor y rencor
que haz perdido la cuenta,
cargas el peso del mundo propio
y del ajeno…
Ella tomó mis manos en las suyas,
en esas manos de anciana,
me hizo bajar las manos,
soltar los hombros,
me levantó el mentón
y se paró detrás mío.
Sus labios rozaron mi oído
y suavemente me dijo:
«No todo es tu culpa»
«No todo es tu responsabilidad»
«No puedes hacerlo todo»
«No puedes solucionarlo todo»
«No tienes que aceptarlo todo»
Y mis ojos empezaron a soltar lágrimas gruesas como cristales rotos,
hubo un momento donde pensé
que lloraría sangre,
de tanto dolor que estaba sintiendo.
Sus ojos lobunos me miraron
expectantes y dijo :
» Hay dolores que se cargan
en el corazón y esos no hay manera
de sacarlos fácilmente,
aprende a soltar el pasado
o terminarás ahogando tu futuro… “
Autor desconocido