¿CÓMO AMANECISTE TÚ?
Un hermoso texto de Lucia la de Flor.
«En vez de pensar en cómo amanecí yo, amanecí pensando en ¿Cómo habrán amanecido las personas que están pasando por algo difícil? Se los comparto.
Hace muchos años estaba trabajando en Zacatecas y en media sesión de fotos me escapé a una librería… compré un libro que leí sólo las primeras páginas pero el título y lo que decían fue muy, muy cierto: Las Noches oscuras del alma. Hablaba de que todos tenemos unas de esas noches… Todos cargamos con un dolor, con “esa” situación que se quedó como estigma en nuestro corazón, venas, pulmones… en todos lados.
La razón por la que se nos enchina la piel cuando escuchamos una canción, cuando en silencio se nos viene una imagen y nos vamos a la dimensión desconocida del pasado…
En esa noche oscura del alma estaba pensando cuando estaba en un programa de TV en el DF. Era invitada y mi cabeza y corazón empezaron a sentirse exactamente como se sentían aquella vez.
La conductora – Tere Bermea – Estaba hablando de mi libro y yo me sentí una niña de nueve años sentada en esa silla buscando a su mamá en el público y de pronto sentí todo el dolor que había experimentado en mi vida en un solo momento.
Y todo eso que se lleva en el alma empezó a brillar. Aquellas lágrimas debajo de la litera o en la regadera o el tercer piso de mi casa. (Sí, teníamos tres pisos, éramos diez personas come on!) Y todo de pronto empezó a cobrar sentido.
Tal vez tenía que recorrer esos días para poder tener la empatía de comunicarme contigo y si es así los agradezco. Tal vez tenía que saber qué es lo que se siente estar sola, vivir el desamor, estar enamorada, estar sin rumbo, desanimada, animada, sintiéndome pequeñita y sin valor, después grande y con miedo, otra vez chiquita y otra vez con más miedo y luego ya no entiendo nada y pasan los días y me pregunto si todo ese enredijo valió la pena.
Hace poco me lo pregunté comiendo cereal por la tarde. Dios mío – le dije – si tengo que vivir cosas feas para poder ser una mejor escritora ya no quiero ser una mejor escritora. Me quejaba de mi suerte y sin encontrarle sentido a esos días tristes me emberrinché.
Pero todo aquello que se lleva en el alma tiene un para qué. Sabiamente nos hemos encontrado con esas piedras en el camino que hacen que tal vez, en el momento menos esperado – El mío fue en medio programa de televisión donde por cierto había olvidado mi estuche de pinturas en Guadalajara y me encontraba físicamente desarmada y sin saber qué contestar porque sentía un revoltijo de recuerdos que… que sin querer brillaron. –
No sé en qué momento estés de tu vida, si pasándola no tan bien, si estás desconsolado o desconsolada, con muchas dudas, si no sabes qué hacer y te sientes en un juego donde no te atreves a bajar, si piensas que se te fue el tren de tu vida, si crees que nadie te entiende, si a pesar de ser viernes y de quincena sientas un huequito adentro de ese corazón que también tiene su noche oscura del alma.
Lo único que quiero decirte es que es parte de los ingredientes de la vida pero cuando nos está pasando es de lo más odioso. Yo les puedo decir que los pasados dos meses no fueron los más agradables pero ahora los saboreo diferente. El nivel de entendimiento se transforma para aquellos que luchan por salir de ese fango, por los que buscan encontrarle un motivo al dolor y sanarlo y compartir que esa experiencia no es tan mala cuando llegas a vivirla plenamente (lo digo porque ya me siento bien pero hace días le hubiera mentado la madre al que me estuviera diciendo esto) Ya me extendí otra vez, pero amanecí pensando en las personas que tal vez no se sentían tan bien… y a ellas les dedico estas palabras para que sigamos en la lucha de nunca perder la esperanza de los días felices. Ahí vienen… lo prometo que ahí vienen, es más ¿Por qué no hoy? ¿Qué te detiene?
Y si no sana hoy sanará mañana… ya ves, como la rana. Así que ahora te pregunto después de todo este embrollo que siempre escribo y no sé si me di a entender y luego descubro que sí ¿Cómo amaneciste tú?»
