CERRAR CAPÍTULOS
Cerrar capítulos no siempre es fácil, pero llega un momento en el que seguir sosteniendo lo que duele pesa más que soltarlo. Amar no siempre significa quedarse; a veces, el mayor acto de amor propio es aprender a despedirse, no con rencor, sino con la certeza de que algunas historias solo estaban destinadas a enseñarnos, no a acompañarnos para siempre.
No reniego de lo que fuimos. Hubo risas, sueños y momentos que atesoro, pero también hubo silencios que dolieron y caminos que dejaron de encontrarse. Nos resistimos, pensando que el amor bastaría para reparar lo que se rompía poco a poco. Pero amar no es aferrarse a lo que ya no florece; es saber reconocer cuando es tiempo de soltar, de dejar ir para volver a encontrarnos con nosotros mismos.
Hoy decido pasar la página, no porque no importaste, sino porque quiero volver a ser libre para escribir mi historia sin cadenas ni heridas abiertas. Me llevo lo bueno, agradecido por lo aprendido, y dejo atrás lo que ya no suma. Porque cerrar una puerta no es el final, sino el comienzo de un camino que me llevará, estoy seguro, hacia algo aún más grande y verdadero.
