ORAMOS A NUESTRO ÁNGEL CUSTODIO
Especialmente con la Oración de San Pío.
Su Ángel Custodio, jugó un papel importantísimo en la vida de San Pío. Confiaba tanto en él que lo predicaba constantemente a todos.
Tenía como costumbre orar cada día por su ángel guardián y agradecerle su misión.
Combatió de diferentes maneras al maligno con la ayuda de su Ángel de la Guarda.
Él mismo contaba que algunas veces el diablo volvía ilegibles los mensajes que llegaban de su Director Espiritual.
Para resolver los problemas, pidió ayuda a su Ángel que le sugirió bendecir con agua bendita las cartas antes de abrirlas.
En la carta escrita a Ana Rodote el 15 de julio de 1905, Padre Pio nos regala invaluables consejos sobre nuestra relación con nuestro
Ángel Custodio:
Que tu buen ángel de la guarda vele siempre sobre ti, que pueda ser tu guía en el camino escabroso de la vida.
Que siempre te mantenga en la gracia de Jesús y te sostenga con sus manos para que no puedas tropezar en una piedra.
Que te proteja bajo sus alas de todas las trampas del mundo, del demonio y la carne.
¡Qué consolador es saber que cerca de nosotros hay un espíritu que, desde la cuna hasta la tumba, no nos deja ni por un instante, ni siquiera cuando nos atrevemos a pecar.
Y este espíritu celestial nos guía y protege como un amigo, un hermano.
Es muy consolador saber que este ángel
ora sin cesar por nosotros.
Ofrece a Dios todas nuestras buenas acciones, nuestros pensamientos, nuestros deseos, si son puros.
Por el amor de Dios, no te olvides de este compañero invisible, siempre presente, siempre dispuesto a escucharnos y listo para consolarnos.
Ábrete tú misma a él y confíale tu sufrimiento. Ten un miedo constante de ofender la pureza de su mirada. Sabe esto y mantenlo bien impreso en tu mente.
Dirígete a él en momentos de suprema angustia y experimentarás su ayuda benéfica.
Nunca digas que estás sola en la batalla
contra tus enemigos.
