SÉ UN LOBO, NO UN BURRO.
SÉ EL LOBO AL QUE TEMEN, NO EL BURRO QUE MONTAN.
En la vida, la gente siempre tendrá algo que decir.
Tanto si te mantienes firme como si te rindes, alguien en algún lugar seguirá hablando.
Así que la decisión es tuya.
¿Serás el burro silencioso que todos montan o el lobo audaz que camina solo e impone respeto?
Con demasiada frecuencia vemos que se da por sentado a las buenas personas porque son demasiado amables, demasiado blandos, demasiado dispuestos a complacer.
Pero la amabilidad sin límites se convierte en una trampa.
Cuanto más dejas que te pisoteen, más creen que es su derecho.
Un lobo no es querido por muchos, pero es respetado.
No busca aprobación, sigue su camino.
No hace ruido, se mueve.
Así es como debes vivir.
Deja que tu silencio tenga poder.
Deja que tu presencia hable más fuerte que tus palabras.
Ser odiado por mantenerte firme es mucho mejor que ser amado por callar mientras te rompen la espalda.
No fuiste creado para ser usado y descartado.
Fuiste creado para alzarte, rugir y ser libre.
Así que elige la fuerza.
Elige la audacia.
Elige proteger tu paz, tu valor y tu dignidad.
El mundo puede llamarte lobo, pero que se sepa que eres un lobo con un propósito, no un burro esperando la siguiente carga.
A veces en la vida debes elegir entre ser querido o ser respetado.
Deja que te llamen terco u orgulloso, pero nunca dejes que te traten como algo para usar.
Un lobo no es ruidoso, pero es fuerte.
Camina solo, pero camina con un propósito.
No vivas para complacer a quienes nunca valorarán tu paz.
Mantente firme.
Reconoce tu valor.
Protege tu espíritu.
Porque al final, nadie puede dominarte a menos que te arrodilles.
