Ángeles y Arcángeles

DÍA DEL ÁNGEL DE LA GUARDA

octubre 2, 2016

DIA DEL ÁNGEL DE LA GUARDA
El día 2 de octubre es el Día del Santo Ángel de la Guarda.

Es una fecha en que debemos recordar que nuestro Ángel de la Guarda ha sido toda la vida nuestro compañero.
En este día tan especial, el Ángel de la Guarda de cada uno de nosotros nos ha enviado un regalo.
Es la oración al Ángel Santo de la Guarda.

Invitándonos a utilizarlo con frecuencia, a multiplicarlo y entregarlo a todas las personas
con quienes queramos compartirlo para hacerlos presentes en este Su día y todos los días.

Hoy hazle un obsequio especial: un pensamiento amoroso, escríbele una carta, dale una flor,
enciende un incienso o esparce un aroma, dale un abrazo, léele un poema, ponle música,
siéntate bajo un árbol y comparte ese momento con él o simplemente algo que te nazca darle con el corazón.

Y esto te dice tu ángel en este día:
“Hoy vengo a ti para recordarte que siempre estoy a tu lado.
No dudes que soy yo, tu ángel guardián.
Fui creado para ayudarte, acompañarte, guiarte e inspirarte.

Comparte conmigo cada instante, cada asunto, cada cosa que suceda en tu vida.
Aquí estoy,
nunca me voy, siempre que me llamas me hago presente.
Llámame con frecuencia.
¡Todo el día sería magnífico!

Aquí estaré, junto a ti… siempre.
Me percibirás en un susurro, en una idea, en un sueño, en una imagen o algo que te signifique una respuesta mía.
No dudes.
Soy yo.

En un momento de silencio y serenidad, cierra tus ojos, pon tu mano derecha
sobre tu hombro izquierdo… percibe mi presencia, ¿sientes ese calorcito que te rodea?
Soy yo… platica conmigo, dime qué te mortifica, qué necesitas, lo que quieras compartirme.
También cuéntame tus logros y tus alegrías.

Comparte todo conmigo.

Oración al Ángel de la Guarda
Ángel santo de la guarda,
compañero de mi vida,
tú que nunca me abandonas,
ni de noche ni de día.
Aunque espíritu invisible,
sé que te hallas a mi lado,
escuchas mis oraciones
y cuentas todos mis pasos.
En las sombras de la noche,
me defiendes del mal,
tendiendo sobre mi pecho
tus alas de nácar y oro.
Ángel de Dios, que yo escuche
tu mensaje y que lo siga,
que vaya siempre contigo
hacia Dios, que me lo envía.
Testigo de lo invisible,
presencia del cielo amiga,
gracias por tu fiel custodia,
gracias por tu compañía.
En presencia de los ángeles,
suba al cielo nuestro canto:
gloria al Padre, gloria al Hijo,
gloria al Espíritu Santo. Amén.

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